Recientemente, varios periódicos de tirada nacional publicaban una información sobre el proyecto de ampliación del Museo del Prado, en la que se reseñaba un interesante boceto explicativo de Norman Foster de la propuesta ganadora que presentó, junto al español Carlos Rubio, al concurso convocado. Al hilo de esta noticia se nos presentan algunas consideraciones respecto a BIM (Building Information Modelling).
“BIM desde los primeros diseños esquemáticos”
A poco que estemos iniciados, ya sabemos que uno de los conceptos fundamentales que desde un primer momento se intenta inculcar en la práctica de la metodología BIM es que interviene en todas las fases del proyecto y durante todo el ciclo de vida del edificio. Es seguro que la frase que encabeza esta sección se puede leer de manera literal en muchos lugares.
Se han publicado imágenes de los bocetos de las principales ideas con las que se ha elaborado la propuesta, que muy bien podían haber sido los primeros esquemas, origen de un posterior desarrollo del proyecto. Esta práctica, inseparable de la visión romántica de la arquitectura, perfilada con trazos temblorosos pero absolutamente expresivos, jamás desaparecerá. De igual modo, el desarrollo de modelos BIM desde esta fase embrionaria de los proyectos constituye una ayuda inestimable para alcanzar los objetivos del mismo.
Es bien conocido el empleo de la metodología BIM en Foster+Partners desde hace muchos años y más estando ubicada su sede matriz en el Reino Unido, donde la implantación de BIM en todo el sector de la construcción se encuentra en un estado muy avanzado, gracias a la decidida iniciativa de la Administración británica. En una entrevista con Stephen Holmes, partner y BIM Manager de Foster+Partners, afirma que BIM está totalmente integrado en la práctica de todos sus equipos de trabajo y a todos los niveles, con más de 20 años realizando sus diseños siguiendo procesos BIM (“…for us it is the norm…”), y contando con más de 40 coordinadores y especialistas BIM. Después de leer esto parece que el siguiente paso después del trazado de esos bellos bocetos debió ser empezar a construir los modelos virtuales con herramientas BIM.
“BIM es trabajo colaborativo”
Foster+Partners cuenta con numerosas oficinas en todo el mundo, una de ellas en Madrid. Además, la propuesta para la ampliación del Museo del Prado se ha llevado a cabo mediante la figura de una UTE (Unión Temporal de Empresas), figura bastante común en el mundo de la construcción, junto con el estudio de Carlos Rubio Carvajal.
A la vista de este entorno, las ventajas que ofrece BIM para favorecer la colaboración entre equipos multidisciplinares, en ubicaciones físicas diferentes y trabajando en un mismo proyecto casi a tiempo real, se antojan indispensables. En la entrevista antes citada también se señala que “nuestra medida real de eficiencia radica en nuestra capacidad de compartir datos y reutilizar la información del modelo para múltiples propósitos” (traducción propia) y se apunta cómo esa eficiencia se puede ver disminuida si todas las partes implicadas no tienen sus procesos y estructuras internas adecuadamente habilitadas para trabajar con BIM.
La conclusión es clara: a día de hoy, los nuevos modos de trabajo exigen estar preparados para la colaboración y BIM ayuda a trabajar en entornos colaborativos, por lo que todo aquel que quiera seguir manteniendo o mejorando niveles de competitividad tendrá que formarse en BIM y evolucionar dentro de esta metodología.
Necesitamos modelos BIM de los edificios existentes
Nos podemos imaginar lo que supone intervenir en un edificio como el Museo del Prado. Y también podemos intuir las dificultades que nos podemos encontrar en esa intervención si no contamos con una documentación precisa y actualizada del estado real del objeto sobre el que vamos a actuar. Evidentemente, no sólo el Museo del Prado, todos los edificios desde su puesta en marcha se han visto modificados por ampliaciones, remodelaciones, cambios de uso, adaptaciones técnicas y de instalaciones… y desgraciadamente muchas de estas modificaciones no han sido documentadas del modo adecuado. Hay muchas razones para que empiecen a levantarse modelos BIM de edificios existentes: actualización de su estado real, gestión de su mantenimiento, preparación para futuras obras de rehabilitación, ampliación, etc…
He aquí un campo donde la metodología BIM tiene también un papel fundamental y cuenta a su disposición con herramientas tecnológicas como el Laser Scanning 3D. En casos como el del Museo del Prado y muchos otros si no existe el modelo BIM, seguro que hay que plantearlo.
Las distintas administraciones deberían impulsar la creación de los modelos BIM de sus activos inmobiliarios y la iniciativa privada, inmersa en un mercado donde la obra nueva pasa por horas bajas y la rehabilitación se muestra cada vez más como una opción fundamental de mercado, debería asumir la importancia de contar con modelos fiables del estado real de aquellos edificios en los que se va a intervenir.